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Este microlibro es un resumen / crítica original basada en el libro: Remote: Office Not Required
Disponible para: Lectura online, lectura en nuestras apps para iPhone/Android y envío por PDF/EPUB/MOBI a Amazon Kindle.
ISBN: 9782379351839
Editorial: Empresa Activa
Millones de trabajadores y miles de compañías hemos descubierto las alegrías y ventajas de trabajar a distancia. Pero aún falta actualizar nuestra mentalidad.
Este libro quiere proporcionar esa actualización y demostrar que no solo en pandemia es posible trabajar desde casa. ¿Te animas a saber cómo?
Durante el día, la oficina se ha convertido en el último lugar donde queremos estar cuando queremos trabajar de verdad. Eso es porque las oficinas se han convertido en fábricas de interrupciones.
La capacidad de estar a solas con nuestros pensamientos es, de hecho, una de las ventajas de trabajar a distancia.
Cuando trabajamos solos, lejos del zumbido del enjambre de la central, podemos acomodarnos en nuestra propia zona productiva.
Además, a nadie le gusta desplazarse cada día del trabajo a casa; el despertador suena más temprano, llegamos a casa más tarde.
Perdemos tiempo, paciencia y, posiblemente, incluso las ganas de comer. Los desplazamientos largos hacen que engordemos, que nos estresemos y que nos sintamos con el ánimo por los suelos.
Si el trabajo a distancia es tan buena idea, ¿por qué las compañías innovadoras no lo han practicado desde siempre?
No se contaba con la tecnología necesaria. Ahora, la tecnología irrumpió en nuestras vidas e hizo que trabajar a distancia fuera una posibilidad clarísima.
No solo no tenemos que trabajar juntos, tampoco tenemos que estar en el mismo lugar.
Esta es una de esas cosas que nacen de la necesidad cuando colaboramos con personas situadas en diferentes zonas horarias.
Una empresa que es construida eficientemente en torno al trabajo a distancia ni siquiera requiere de un horario fijo. Esto resulta importante especialmente cuando se trata de trabajos creativos.
Cuando la gente oye el término “trabajo a distancia”, suele pensar en “externalización”. Sin embargo, el trabajo a distancia tiene que ver con promover calidad de vida, tener acceso a los mejores trabajadores, estén donde estén, y todos los demás beneficios que provee este método.
La mayoría de los temores relativos al trabajo a distancia se derivan de la falta de confianza. Los directivos piensan: “¿Esas personas trabajarán de forma firme si no las vigilo todo el rato?”.
Si alguien quiere jugar un videojuego o surfear por la red todo el día, puede hacerlo perfectamente en su mesa de la oficina.
Ir a la oficina solo significa que la gente tiene que llevar pantalones. No hay ninguna garantía.
Si tenemos problemas de confianza, eso significa que hemos tomado una mala decisión de contratación.
Otra de las excusas que ponen los jefes para evitar que sus empresas funcionen a distancia es que el hogar está lleno de distracciones. A veces, las distracciones pueden ser de utilidad. La mayoría queremos trabajar, siempre que sea un trabajo estimulante y gratificante.
La seguridad también es un punto importante y grave, pero es también en gran medida un problema resuelto. Crear protocolos y algoritmos de seguridad sería lo ideal.
Muchas grandes empresas consiguen funcionar con una cantidad apabullante de ineficacia y burocracia, y parecen estar bien durante años.
Romper con la costumbre nunca se consigue sin esfuerzo. Luchar contra las ideas preconcebidas nunca sale gratis. Por fortuna, algunas grandes empresas ya lo hacen.
La cultura es increíblemente importante cuando llega el momento de aflojar las riendas. Las mejores culturas se derivan de lo que hace la gente en realidad, no de lo que está escrito en la misión de las empresas.
Tener personas que trabajan a distancia nos obliga a renunciar al espejismo de que forjar una cultura empresarial se limita a las actividades sociales hechas en persona. Si aplicamos esto podremos formar personas que verdaderamente se dediquen al trabajo.
Para que tenga éxito, el trabajo a distancia suele exigir cierto solapamiento en las horas laborales de los compañeros de trabajo.
Parte del desdén hacia el trabajo a distancia se basa en la falacia de que toda colaboración a distancia se produce con los ojos vendados.
Antes de que nos demos cuenta, estaremos tan acostumbrados a compartir una pantalla que llamar a alguien sin una pantalla compartida parecerá algo sin sentido.
En realidad, gran parte de la magia que atribuimos a estar juntos en un lugar es solo esto: poder ver e interactuar utilizando el mismo material.
La ventaja hoy en día es que ya existen muchas herramientas para poder estar en contacto con nuestros empleados o compañeros.
Se pueden implementar salas de chat, videollamadas, calendarios grupales, o cualquier otra herramienta actual que nos sirva para tener contacto con los demás sin necesidad de estar juntos en un mismo lugar.
Cuando no podemos ver a alguien durante todo el día, lo único que tenemos que evaluar es su trabajo.
El trabajo a distancia no es solo para los que están fuera de la ciudad, en otro estado o continente. Se puede trabajar a distancia en la misma calle. A distancia solamente significa que no estás en la oficina.
Si estamos acostumbrados a trabajar a distancia, podremos también hacer frente a ciertas molestias como quedarnos sin internet, que un día no funcione el aire acondicionado o cosas que nos afectan cuando estamos en una oficina.
La interacción humana no tiene por qué ser con compañeros de trabajo. De hecho, otra de las razones por las que es recomendado el trabajo desde casa es porque tener interacción con las personas que queremos es saludable para todos.
Se podría entender que estar trabajando desde casa es estar encadenado ocho horas a la mesa de trabajo sin tener la oportunidad de la interacción con los demás, cuando no es así.
Trabajar a distancia nos da libertad de hacerlo donde queramos, no precisamente tiene que ser desde casa, también podría ser desde un café, al aire libre, en donde nos sintamos cómodos para disfrutar de lo que estamos haciendo.
De hecho, con frecuencia es preferible la variedad a adoptar un estilo único. Nuestro cuerpo no está hecho para permanecer tanto tiempo en una sola postura.
Cuando pertenecemos a una oficina, cambiar de postura es difícil, así como tener tiempos para hacer otras cosas que nos gustan. Cuando trabajamos desde un lugar que nos gusta y en donde hay comodidad, podemos también organizar los tiempos y realizar otras actividades.
Si es difícil para los jefes soltar a los empleados, sería importante establecer reglas claras desde el principio estipulando fechas de entregas, fechas de reuniones y quizá alguna que otra vez reunirse en persona.
Podría comenzar a practicarse esta nueva cultura dejando a los empleados trabajar de modo remoto uno o dos días a la semana para comenzar a comprobar si esta podría ser la mejor forma de trabajo para todos.
Lo importante es tener en mente que es posible trabajar a distancia y que intentarlo es un gran paso.
Cuando como empleador se te abren los ojos a las ventajas del teletrabajo, es natural no pensar en ir más allá del país en el que vives.
La mayor parte de las molestias para adaptarse al trabajo a distancia se producen en cuanto no estás sentado en tu mesa en una misma oficina. Pero una vez que has adoptado buenos hábitos de trabajo a distancia, la falta de proximidad entre compañeros empezará a importar tan poco que olvidarás dónde está exactamente el personal.
Pensar internacionalmente cuando se trata de contratar empleados no solo aumenta drásticamente el tamaño de la reserva del talento, además hace que seas más capaz de manejar los mercados globales.
Sin embargo, contratar por todo el mundo no está libre de complicaciones, se tiene que tomar en cuenta que es necesario adaptarse a las diversas culturas, a las zonas horarias y, por supuesto, al idioma.
En vista de lo difícil que es encontrar buenos empleados, deberíamos hacer lo imposible para conservarlos, pero pasa que son muchas las empresas dispuestas a dejar marchar a sus estrellas cuando la vida las obliga a mudarse a otro lugar.
Es una absoluta tontería. Las personas que llevan más tiempo trabajando en la empresa son las mejores para ese tipo de trabajo. Ya conocen a todo el mundo y saben lo que tienen que hacer.
Tirar por la ventana todo ese conocimiento ya no tendría que ser necesario si se implementasen estos modelos nuevos de trabajo.
Hacer un gran trabajo con grandes personas es una de las fuentes de felicidad más duraderas que los humanos podemos aprovechar y es la base para dar la bienvenida a un nuevo integrante al equipo de trabajo.
Cuando buscamos trabajadores a distancia, hay que hacer un esfuerzo extra para alentar y nutrir la diversidad y el desarrollo personal, pero es un pequeño precio por tener un lugar de trabajo más interesante y para que todos se comprometan a largo plazo.
¿Cuál es el momento oportuno para pasar al trabajo a distancia? En general, es mejor si empezamos lo más pronto posible.
La cultura de una empresa se desarrolla con el tiempo, y será mucho más fácil si la nuestra crece con trabajadores a distancia.
Si ya tienes una empresa consolidada, siempre puedes introducir trabajadores remotos en el conjunto. Solo se necesita entrega, disciplina y, lo más importante, fe en que todo saldrá bien.
Un punto de partida excelente es permitir que tus actuales empleados trabajen a distancia. No es necesario contratar a personal de afuera para comenzar la prueba.
Si tratas el trabajo remoto como un experimento de bajo riesgo, podrás repetir, adaptar y probar una serie de cosas para ver cuál da resultado.
Es fácil ser director cuando lo único que hay que hacer es dirigir las sillas. El trabajo a distancia abre un enorme agujero en ese estilo de gestión.
“Si no veo que los empleados llegan y se van de sus mesas, ¿cómo puedo estar seguro de que están trabajando?”. Así es como piensa ingenuamente el que dirige las sillas.
El trabajo de un director no es poner de acuerdo a un grupo diverso, sino gestionar y comprobar el trabajo.
La verdad es que el director que esté al tanto no necesita dirigir las sillas.
Solo porque no tengamos unas oficinas permanentes o no todos trabajen en ellas, no es razón para no reunirse de vez en cuando.
El director debe aceptar el hecho de que todos cometemos errores, pero no intencionadamente, y que los errores son el precio del aprendizaje y la independencia.
Trabajar en casa nos ofrece una libertad y flexibilidad mucho mayores. Esto le podría parecer un sueño envidiable a cualquiera que esté atrapado en un cubículo contando los minutos hasta que la jornada laboral se acabe oficialmente.
Sin unos límites y reglas establecidas, las cosas pueden desdibujarse fácilmente.
Y para los empleados, la recomendación sería hacer el trabajo real cuando está en su despacho en casa. Nada de mirar el correo electrónico, ni hacer un poco más en el salón o en el dormitorio.
Cada uno tiene su estilo, así es que es importante considerar ciertos consejos pero al final establecer una rutina propia al momento de trabajar.
Como ya se mencionó antes, trabajar en modo remoto no significa todo o nada. Hay quien puede trabajar en la oficina, hay quien puede trabajar desde casa.
Si es posible, otra buena idea es tratar de tener dos ordenadores, uno que se utilice exclusivamente para el trabajo y otro para uso personal.
Las ventajas del trabajo en casa es que nos alejamos de las molestas multitudes.
No parece lógico, pero la presencia de otras personas, aunque no las conozcas, puede engañar al cerebro y hacerle creer que lo único apropiado es ser productivos. Pero finalmente, en realidad, ser productivo al lado de mucha gente es lo último que se logra, por las distracciones que provoca.
La motivación es el alimento del trabajo intelectual. Se pueden hacer varios días de trabajo en una tarde propulsados por la motivación. Y, por el contrario, cuando se carece totalmente de ella, se puede desperdiciar toda una semana.
Lo importante, al final de cuentas, es encontrar un equilibrio en todo lo que hagamos, y probar esta nueva forma de trabajar pero adaptándola a nuestros gustos; la intención es sentirnos cómodos.
Entre hoy y el futuro dominado por el teletrabajo, es probable que el debate se agudice y los frentes de batalla se definan con mayor claridad.
Los viejos hábitos se resienten a morir. Cuanto más arraigados, más se resisten; sin embargo, no es imposible cambiar. ¿Te animarías a mantener una vida laboral remota?
Si ya tomaste la decisión de trabajar a distancia o ya lo estás haciendo, “El club de las 5 de la mañana” de Robin Sharma te enseñará a crear una rutina para hacer más productivos tus días.
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